La sostenibilidad empresarial hace referencia a la capacidad de realizar las actividades de la empresa teniendo en cuenta criterios sociales, económicos y ambientales, para así, contribuir al bienestar de los lugares en los que operan y de las generaciones futuras. Además, se está convirtiendo en una de las prioridades de muchos planes de negocio, ya que es un factor que permite mejorar la imagen de las entidades e incrementar su rentabilidad, a la vez que contribuyen a proteger el medio ambiente. Existen diversas estrategias de sostenibilidad, entre las que podemos encontrar:
- Economizar recursos energéticos
Es la mejor forma de mejorar la productividad. Lo primero que se debe tener en cuenta es realizar un análisis del lugar de trabajo y de los flujos energéticos existentes. Algunas de las estrategias que podemos utilizar es el uso de fuentes de energía renovable, aprovechar la luz solar siempre que sea posible o conseguir un buen aislamiento de las paredes y ventanas.
- Aprovechar los recursos cercanos
Hay que utilizar las ventajas del territorio particular en el que se desempeña la actividad esencial, por ejemplo, acudir a los proveedores más cercanos, conocer las materias primas que el territorio ofrece y recurrir a los talentos de alrededor. Todo esto, nos permitirá ahorrar en transporte.
- Implementar los principios de la economía circular
Tenemos que asumir que la materia no es ilimitada y que el entorno es abierto. Este modelo de desarrollo busca reducir la entrada de componentes y reutilizar los que ya se encuentran en el mercado para así producir menos residuos y consumir menos recursos naturales.
Tenemos que tener en cuenta, que las evidentes consecuencias del cambio climático y de la actividad humana en la Tierra nos llevarán a tomar medidas para poder vivir en un entorno más saludable. Estas nuevas expectativas exigen que las empresas operen cada vez, de forma más sostenible.