Estonia: primer país digital europeo

Cuando Estonia consiguió su independencia de la URSS en 1991, el país se dio cuenta de que necesitaba encontrar un elemento diferenciador de sus vecinos. Mientras que normalmente se relaciona a Noruega con el petróleo o a Suecia con el diseño, los países bálticos como Lituania o Eslovenia no solían evocar ideas concretas a los habitantes del resto del mundo. La independencia recientemente adquirida y esa búsqueda de una identidad diferenciadora para el país, desembocaron en la implantación de una novedosa sociedad digital.

Dado el estado tecnológico de Estonia en 1991, para llegar a ser la sociedad digital más avanzada del mundo además de inversión, fue necesaria la valentía de sus dirigentes. En 1991 solo la mitad de la población tenía línea telefónica y el grueso de la población carecía de conexión a internet y dispositivos con los que conectarse. Tampoco se contaba con un registro de la población fiable, existiendo únicamente uno que había comenzado a realizar la disidencia antes de obtener la independencia, pero que contenía numerosos fallos y duplicidades.

A pesar de todo lo anterior, los cambios tecnológicos y la incorporación de las telecomunicaciones a la vida diaria de los estonios se produjeron con rapidez y eficiencia. En 1997, el 97% de las escuelas estonias ya contaban con conexión a Internet. Actualmente Estonia es uno de los países con mayor penetración de Internet del mundo: casi el 90% de sus habitantes utiliza Internet a diario y se conecta al portal gubernamental.

El acceso de la población a Internet y la creación del portal gubernamental han posibilitado que hoy en día el 99% de los trámites oficiales puedan realizarse online en cualquier momento. Los estonios pueden renovar su carnet de conducir, consultar recetas médicas, cambiar la dirección de su domicilio, registrar una empresa o incluso votar utilizando su conexión a internet. Son 3 los únicos trámites que tienen que realizarse de forma presencial: operaciones inmobiliarias, casarse y divorciarse. El gobierno estonio comprende la necesidad de predicar con el ejemplo, y en el año 2000 eliminó los documentos en papel de las reuniones del Consejo de Ministros y el primer ministro estampa su firma de forma digital para que las leyes entren en vigor.

La creación de esta sociedad digital ha creado un impacto en la economía estonia. En cuanto al sector público, la informatización de la práctica totalidad de los trámites administrativos ha permitido al país ahorrar lo que se estima en un 2% de su PIB, gracias a la eliminación de salarios y gastos. Por otro lado, el 70% de su PIB proviene del sector servicios, siendo los relacionados con las TICs los que más contribuyeron al crecimiento del país en 2016.

La última gran apuesta tecnológica del gobierno estonio es la e-Residency o residencia digital. Esta residencia digital permite a ciudadanos de cualquier otro país obtener una identidad digital oficial expedida por el gobierno. Gracias a esta identidad se puede crear una empresa y operar en el mercado europeo con todas las garantías legales que éste ofrece. Estonia aspira a convertirse en un país de referencia para la creación de empresas internacionales gracias a la residencia digital, y ya registra anualmente un número mayor de nuevos residentes digitales que de nacimientos.

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