¿CONOCES LOS PLANES CONTRA EL CAMBIO CLIMÁTICO PARA TU MUNICIPIO?

Un Plan de Acción Local Contra el Cambio Climático es un documento redactado por una administración local que recoge una serie de iniciativas para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y promover un estilo de vida más sostenible y saludable para la población.

Con este documento se busca la participación e implicación de la población y otras entidades pertenecientes al municipio de las actividades planteadas. De este modo se consigue una mayor concienciación en la protección de nuestro entorno.

Para poder redactar un Plan de Acción Local viable para el municipio y poder llevar a cabo iniciativas que promuevan un entorno limpio y libre de gases contaminantes, hay que realizar un diagnóstico inicial para evaluar aquellas actividades que producen un mayor impacto ambiental en la localidad. Para ello se recomienda la ayuda de expertos en la materia para que puedan inventariar los posibles impactos y redactar un informe final con los resultados obtenidos.

Una vez identificadas las actividades de especial interés para su supervisión, se redactan una serie de medidas que, sin afectar su proceso productivo, reduzcan las emisiones de gases de efecto invernadero que afectan al cambio climático.

Y la última fase consiste en el seguimiento de las acciones llevadas a cabo y comprobar, a través de indicadores, como han evolucionado los impactos de las actividades económicas en el medio.

Entre las actuaciones que se pueden desarrollar en un Plan de Acción se encuentran las jornadas de información, sensibilización y educación ambiental, proyectos de análisis y mejora del ciclo del agua, iniciativas que promuevan la eficiencia energética o la movilidad sostenible, entre otras.

Es importante destacar que el Plan de Acción Contra el Cambio Climático se encuentra dentro de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, adoptada en 1992, reconoce la existencia del problema del cambio climático, y establece un objetivo último: lograr la estabilización de las concentraciones de gases de efecto invernadero en la atmósfera con el fin de impedir interferencias antropogénicas (causadas por el ser humano) peligrosas en el sistema climático.