Cualquier empresa, sea de productos o servicios, genera un impacto determinado sobre el medioambiente. Este impacto puede ser mínimo, por ejemplo, con la generación de algunos residuos de papel de una oficina, o un impacto considerable, la tala de árboles para poder fabricar el papel.
Existe una metodología para cuantificar los impactos ocasionados en el medioambiente por cualquier actividad de una organización, se trata de El Análisis del Ciclo de Vida que estima y evalúa las alteraciones generadas al medioambiente durante todas las etapas de vida de un producto o servicio.
Todas las actividades de una empresa provocan un impacto en el medioambiente, por ejemplo, consumen recursos o generan residuos durante su vida. Por lo que es importante valorar qué alteración provocamos al medioambiente y si está relacionado con el cambio climático, la reducción de la capa de ozono, etc.
El Análisis del Ciclo de Vida es la identificación y descripción de todas las etapas de vida de los productos, desde la obtención de las materias primas para su fabricación, hasta la venta y distribución o el desecho o reutilización.
Se basa en la recopilación y análisis de las entradas y salidas del sistema para obtener unos resultados que muestren sus impactos ambientales significativos, con el objetivo final de establecer estrategias para su reducción.
La principal característica de esta herramienta es su enfoque holístico, es decir, todos los elementos de un sistema no pueden ser explicados de forma individual, sino que es necesaria la integración de todos los elementos.
Para el Análisis del Ciclo de Vida lo primero que hay que hacer es identificar las entradas (uso de recursos y materias primas, transporte, electricidad, etc.) y salidas (emisiones al aire, agua y suelo, residuos, subproductos, etc.) de cada proceso en un inventario.
La suma total de las entradas y salidas conforman la base para analizar la evaluación de los efectos ambientales relacionados con el producto.