Llegan las rebajas, la navidad… ¿Por qué no hacer estas compras con criterio? Hacer una compra verde que ayude al crecimiento de los productores locales, con menor impacto ambiental, con la que sentirse mejor y que contribuya a un futuro mejor es posible.
Lo primero es saber qué es una compra verde y qué no….
La Comisión Europea define como compra verde al “adquirir productos, servicios y obras con un impacto ambiental reducido durante su ciclo de vida, en comparación con el de otros productos, servicios y obras con la misma función primaria que se adquirirían en su lugar”.
Esta compra verde va más lejos de las compras de barrio, concienciando a las administraciones públicas, compras de entes públicos, organizaciones, empresas o particulares.
De forma genérica es aquella que se hace con responsabilidad, con un criterio ambiental.
¿Qué beneficios tiene?
- Contribuye a la economía circular.
- Se reduce la huella de carbono.
- Ahorra en papel.
- Ahorra en agua.
- Ahorra en energía.
- Mejora el aire que respiramos.
- Mejor imagen de organización/empresa.
- Proveedores alineados. Hoy somos sus clientes, pero mañana pueden ser nuestros mejores partners o nuestros clientes.
- Preservamos nuestro planeta.
¿Criterios para saber si compramos un producto verde?
El etiquetado es el criterio que más seguridad aporta al producto, la etiqueta ecológica suministra la información de si es respetuoso con el medio ambiente. Debemos de comprobar:
- Etiqueta de confianza.
- Productos de cercanía.
- Composición del producto.
- Características del producto.
- Materias primas.
- Vida útil del producto y si es reutilizable y/o reciclable.
Ya que el cambio climático está cerca del punto de no retorno es preciso concienciarse y aplicar unos hábitos y consumos acordes, ya que los patrones de consumo actual está agotando los recursos.
Puede parecer que a nivel individual poco se puede aportar o que el impacto no será relevante, pero cada acto sumado por todos puede suponer el cambio definitivo que necesita nuestro planeta.
