Si queremos lograr objetivos de desarrollo sostenible, la población tiene que concienciarse en proteger el medioambiente y la mayor parte de la población mundial vive en las ciudades.
El término “Smart City” o ciudad inteligente consiste en el desarrollo de las ciudades en torno a la sostenibilidad, capaz de satisfacer las necesidades de sus habitantes sin perjudicarse las necesidades de la población futura.
Este término “Smart” comenzó a aplicarse en torno al 2008, coincidiendo con la explosión tecnológica, con proyectos piloto que se caracterizaban por la colaboración entre las entidades locales y la ciudadanía, por ejemplo, en la mejora de mobiliario urbano o gestión energética. Proyectos en los que la tecnología 3.0 con el uso de aplicaciones móviles y programas ERP fueron las plataformas más empleadas en las primeras actuaciones de las Smart Cities.
Actualmente, existen muchos problemas ambientes que provienen de las ciudades:
- El crecimiento de la población está provocando la escasez de los recursos
- El transporte genera emisiones contaminantes causantes del cambio climático
- Los residuos generados están afectando al ecosistema natural,…
Y si no actuamos de forma contundente frente a estos problemas, las generaciones futuras vivirán en un entorno gris de extinción, sin recursos, sin vida y sin solución.
Por ello, hay que desarrollar iniciativas en las ciudades que potencien el crecimiento ambiental, social y económico de nuestras ciudades. Generar el mínimo impacto en nuestro entorno manteniendo en la medida de lo posible nuestra actividad económica. A la misma vez que la sociedad pueda satisfacer sus necesidades de vivienda, comida y formación.
A continuación citaremos algunas medidas que se pueden instalar en las ciudades y convertirse en inteligentes:
- Adquirir un consumo energético responsable: utilizar tecnologías que requieran menos energía para su funcionamiento:
- Sustituir el alumbrado convencional por tecnología LED, que consume menos energía y cumple con las necesidades de iluminación en las calles.
- Gestionar el consumo energético con equipos de seguimiento y monitorización, informando de cualquier incidencia a tiempo real.
- Incorporar equipos de climatización eficientes, que tengan en cuenta una serie de variables (ejemplo: Tº exterior, humedad, ocupación, etc.) para su funcionamiento.
- Educación a la ciudadanía para un consumo energético responsable, etc.
- Estrategias de recogida y reutilización de los residuos generados en las viviendas como en la industria y negocios que sean compatibles con nuestro entorno:
- Incorporar contenedores para la correcta recogida y separación de los residuos generados
- Utilizar vehículos con menos emisiones contaminantes y planificar rutas que generen el menor impacto ambiental y social posible
- Educación a la ciudadanía para la correcta gestión y reciclado de los residuos
- Una economía que tenga un impacto sostenible con el ambiente, obteniendo sólo los recursos necesarios, respetando el tiempo que necesita el planeta para generarlos.
- Una infraestructura que beneficie la movilidad sostenible, dándole el protagonismo al transporte público
Y todas estas iniciativas comentadas deben ser compatibles con las nuevas tecnologías. La sociedad se está transformando y ha incorporado los dispositivos móviles como elementos esenciales de su vida cotidiana, debemos aprovechar eso y obtener la máxima cantidad de datos para elaborar estrategias sostenibles para que nuestras ciudades formen parte del entorno y no un arma letal para destruirlo.
Si queremos un desarrollo sostenible, la población está obligada a cambiar y entre todos transformar las ciudades en Smart.